Con la primera ola de frío instalada en la península, las bajas temperaturas han llegado para quedarse. Salir a la calle se convierte en todo un reto, abrigarse y estar preparado para el frío es imprescindible. No debemos olvidar partes de nuestro cuerpo que se ven resentidas por estos momentos tan helados. Proteger la piel del frío es fundamental si quieres que no sufra las consecuencias de este ambiente.
El frío y el uso de la calefacción pueden dañar nuestra piel. Con un ambiente seco la piel se deshidrata con facilidad provocando descamación y hasta picor. Podremos ver un tono más apagado y cómo las líneas se acentúan todavía más. Si quieres poner freno a estos síntomas, no dudes en visitar Parafarmacia Filipinas. Desde nuestro blog, te damos unos consejos para que sepas la mejor manera de proteger la piel del frío.
Cómo proteger la piel en invierno
Cambios de temperatura: estamos expuestos a cambios de temperatura bruscos que no son beneficiosos para nuestra piel. El paso del frío al calor es perjudicial, sobre todo en el caso de las pieles más sensibles. Puede ocasionar vasos dilatados y rojeces que antes no tenías.
Ropa: si vas a salir a la calle, no olvides tus prendas de abrigo. En pleno invierno elige prendas térmicas de algodón que conservan el calor y mantienen la piel seca. Si vas a hacer deporte, también debes tener en cuenta que la ropa permita la evaporación del sudor. Así como aprovisionarte de un factor de protección adecuado.
Hidratación: hay zonas del cuerpo que están más desprotegidas a las inclemencias del tiempo. La cara, el cuello y las manos están más expuestos a los agentes externos. Es por eso que necesitan más cuidados si quieres que no se deshidraten. Lleva a cabo una buena hidratación diaria, incluso dos o tres veces al día.
Labios: proteger la piel de los labios es una tarea difícil ya que su piel es más fina. Se resecan con facilidad y humedecerlos con saliva no es la solución, ello puede provocar mayor irritación. Usa protectores labiales o bálsamos labiales si quieres mantenerlos hidratados y sanos.
Limpieza: aunque te apetezca poner el agua caliente durante la ducha, la temperatura del agua no debe ser alta. Los baños muy calientes no son buenos para la piel, por eso se recomiendan cortos y con agua tibia. Aprovecha la salida del baño y que tu piel está limpia para emplear las cremas corporales hidratantes.